Las piezas de la serie «Desiertos» están realizadas con fotografías de un libro llamado «Venezuela» editado a final de los años 50 por la Dirección de Turismo del Ministerio de Fomento. El libro tenía como propósito presentar el desarrollo del país y sus bellezas naturales.
Este trabajo parte de otra serie llamada «Sedimentaciones» en donde a través de la acumulación de muchas imágenes se dificulta la identificación de lo retratado. Mi interés radica en mostrar cómo esos espacios que registraron pintores y fotógrafos han cambiado en el tiempo, y sus registros ahora invertidos y aglomerados, son simbólicamente convertidos en sedimentos de un país que ya no es el mismo. Con la serie «Desiertos» quiero conseguir el mismo efecto pero usando una sola fotografía. La intervención es puntual: luego de un corte para separar en la imagen el cielo del terrero, uno las partes por el lado opuesto para obtener un horizonte con un espacio baldío. Como resultado las edificaciones, la vegetación y los monumentos quedan de cabeza, simulando una presencia fantasmal o la sombra fósil de pasadas estructuras.
A diferencia de «Sedimentaciones» donde la imagen es mimetizada hasta desaparecer, en esta serie lo registrado queda por debajo de la línea del horizonte como un recordatorio de lo que antes ocupaba el espacio. El trabajo es una especie de exorcismo del paisaje y aunque nos muestra un entorno desprovisto de vida, también puede ser interpretado como la entrega de un terreno listo para ser cultivado.
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